Se parte de la premisa del concepto genérico de la “mediación”, esto es, es un método de resolución de conflictos en el que con la intervención de un mediador, imparcial y neutral que carece de un poder autorizado de decisión, para ayudar a las partes en disputa a alcanzar voluntariamente su propio arreglo mutuamente aceptado.
La “mediación intergeneracional”, es un subtipo de mediación familiar, en la que se apuesta por procesos de comunicación positiva entre generaciones..
Nos encontramos ante un tipo de mediación que aborda los conflictos en el seno de la familia, derivados de su propia evolución o de las etapas cambiantes de la convivencia. Se centra, pues, en aquellas situaciones de enfrentamiento y crisis en la convivencia familiar, donde las partes buscan ayuda para su gestión con el fin de mejorar la relación entre sus miembros y prevenir una ruptura de los vínculos familiares o convivenciales y que abarca situaciones o circunstancias de la convivencia tales como las que a título de ejemplo se detallan a continuación, sin ser un listado cerrado y exhaustivo, y que son las siguientes:
A.-/ MEDIACIÓN POR LA PRESENCIA DE PERSONAS MAYORES, ANCIANOS Y/O DEPENDIENTES):
Hoy en día se van incrementando las posibilidades en que tiene cabida la mediación como solución a situaciones complicadas, problemáticas o conflictivas en las que intervienen las personas mayores. Y ello, en los más diversos campos, como conflictos en las familias, con los vecinos, en los centros geriátricos, en los centros sanitarios, cuestiones jurídicas…etc.
Cuando la persona mayor, o en su caso pareja de mayores, se encuentran en una situación de dependencia que requiere la necesidad de cuidados, ello genera muchos conflictos, sobre todo con sus cuidadores cuando éstos resultan ser familia, ya que éstos, en la mayoría de los casos, están renunciando a muchas parcelas importantes de su vida (deseos, hobbies, poder estar con sus hijos y parejas…etc.).
Lo deseable y loable sería encontrar el equilibrio entre las aportaciones positivas que pueden hacer las distintas generaciones, es decir, lo bueno que se debe de mantener de anteriores generaciones y los cambios convenientes de las nuevas generaciones.
Las situaciones de conflicto más frecuentes que se suelen dar son:
- Problemas de intromisión (ej.- Tensiones entre el mayor con la pareja de su hijo/a, o a la inversa).
- Problemas de espacio en la vivienda a convivir (ej.- El mayor pasa a residir en la casa del hijo/a y su unidad familiar).
- Problemas de autoridad (ej.- El mayor que quiere imponerse sobre el criterio de los hijos o al contrario).
- Determinadas actitudes de los mayores (chantajes emocionales o afectivos, excesiva dependencia).
- Problemas de los mayores con los nietos o viceversa o incluso problemas de los mayores con los hijos sobre la educación de los nietos, dado que aquéllos tienen que hacerse cargo de éstos.
- Distintos criterios de los familiares sobre el cuidado de la persona mayor, o de éste con aquéllos.
- Cuando la persona mayor necesitado de atenciones, rechaza ser cuidado o las formas en que se hace.
- Conflicto que se puede establecer cuando la responsabilidad en el cuidado de los mayores se ve envuelta en circunstancias laborales específicas, o de otras cargas familiares añadidas, por parte de los hijos que impiden la dedicación necesaria.
B.-/ MEDIACIÓN ENTRE PADRES O TUTORES CON SUS HIJOS, ESPECIALMENTE EN LA ETAPA DE LA ADOLESCENCIA:
Es fundamental destacar la importancia de la mediación como opción de gestionar los conflictos entre padres e hijos, ayudando a restablecer y mejorar los canales de comunicación entre ellos, evitando una posible ruptura de los vínculos, o la producción de situaciones de riesgo cuando se trata de hijos menores de edad, o la desestructuración familiar.
Esta mediación es especialmente útil para:
- Padres, madres o tutores con hijos(-as) menores que estén atravesando una situación de crisis en la convivencia o relaciones conflictivas.
- Menores con dificultades de relación con sus padres.
- Personas adoptadas y su relación con sus familias biológicas o adoptivas.
Con frecuencia, muchos conflictos entre padres e hijos se deben a conductas, actitudes y formas de comunicación, no resueltos en la etapa adolescente de los hijos, o que incluso vienen arrastrando de edades más tempranas de los mismos.
Los mencionados conflictos familiares están relacionados con la comunicación, o con las emociones, o con la manera de educar, o con la manera de resolver los conflictos.
La mediación es idónea en los siguientes conflictos:
- Pautas educativas inadecuadas.
- Problemas de comunicación familiar.
- Escasa implicación de alguno de los progenitores en el proceso educativo.
- Incapacidad o dificultad de los padres para hacer cumplir las normas.
- Dificultad de los menores en respetar y asumir las normas.
- Roles familiares no diferenciados, mal definidos o confusos.
- Hábitos familiares inadecuados.
- Dificultad para resolver los conflictos familiares utilizando la negociación.
- Procesos de separación que afecten directamente a los menores.